Nos han dicho que sentimos con el corazón. Que todo pasa por la mente. Que lo que importa está dentro. Pero la realidad es que lo primero que toca la vida es nuestra piel.

Lo bueno, lo malo, lo inesperado. Todo pasa a través de ella.

Ella es el testigo de lo que vivimos antes que cualquier otra parte de nosotros.
Es la primera en estremecerse ante lo que emociona, en doler cuando algo nos rompe,
y la primera en vibrar cuando algo nos mueve de verdad.

Es un mapa de experiencias, un diario de cada instante que nos marcó,
un escudo y, al mismo tiempo, una invitación a querer sentir más.

¿Y si dejamos de subestimarla? ¿Si en lugar de verla solo como una envoltura, la reconociéramos como lo que realmente es: la frontera entre nosotros y el mundo, la conexión más pura con la vida misma?

Esta campaña fue creada para darle una nueva voz a un producto que todos conocemos, reviviendo uno de los “Distinctive Brand Assets” más icónicos de Lubriderm, el cocodrilo.

Si la vida ya se vive a través de la piel, hagamos que valga la pena sentirla.

Previous
Previous

Neutrogena Drag the Hate Out

Next
Next

Play-Doh Proud-Doh